lunes, 1 de diciembre de 2014

Noches

Noches largas, ausentes de luna. Noches vacías, carentes de sueños.
Noches duras, noches frías, en las que desearía tenerte aquí, a mi lado.
Noche tras noche, día tras día, a mi lado. Pero no estás. Nunca estuviste. Fue todo una ilusión, una imagen creada por la más retorcida mente. Lo eras todo para mí. Aquellos dulces momentos, tornados ahora en amargos recuerdos, eran mi agua y mi aire, el sustento de cada día, el motivo para seguir adelante cuando todo lo demás pretendía que no lo hiciera.
Noches largas, ausentes de luna, pero no por ello de estrellas que al son de mi tristeza bailan en mis ojos, en mis mejillas, en mi alma marchita.
Noches vacías, carentes de sueños, en las que solo busco volver a aquellos momentos, vivirlos de nuevo y que jamás cesen, dulce mentira tornada en cruda realidad.
Noche tras noche todo esto pienso, todo esto siento, y noche tras noche, día tras día, cada vez me consumo más, siendo ya un simple eco de lo que fui antaño, como la sombra de un dulce recuerdo que jamás regresará.

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