jueves, 6 de agosto de 2015

Decepción

La cálida brisa de verano trae aromas de nostalgia, evocaciones difusas de tan tímidos sentimientos, en un estío ya pasado. Aquella noche el polvo ensuciaba el centelleante manto celestial. Palabras vacías, conversaciones triviales, la música invitaba a dejarse llevar. Primero fue una sonrisa, después un baile inocente. Ambos sabíamos que era inevitable, y ninguno lo quiso intentar. Cálida brisa de verano hoy nos reencuentra, y con los recuerdos envolviéndome, busco ilusionada una mirada, un gesto que me confirme que aquella noche fue real, que lo que vino después no fue fruto de la exaltada imaginación de un alma en pena y que la nostalgia hoy no me acaricia solo a mí. Pero donde antes había calor hoy solo percibo frío. Donde antes vi interés, tan solo aprecio indiferencia. La decepción es mayúscula, las dudas acuden raudas. ¿Dónde fue a parar todo aquello? ¿En qué me he equivocado? ¿Por qué ha desaparecido? ¿Existió siquiera o fue el hechizo de aquella noche que nos confundía los sentidos? ¿Y lo de después, que fue de lo de después? Intento aparentar que todo va bien, y la tarde transcurre sin percance alguno. No quiero que vea que me importa, no puedo dejar salir la tormenta, no ahora. En soledad siempre hay tiempo para llorar...

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