miércoles, 4 de noviembre de 2015

De nuevo

Las risas pasaron a un segundo plano. Las voces se convirtieron en un lejano eco, como si viajasen a través del agua. Y entonces vislumbré lo que acontecía. El ciclo había vuelto a comenzar. Las conversaciones triviales, las sonrisas permanentes, ese sentimiento de pertenencia que tanto ansiamos. Y con ello volvieron el miedo y las dudas. El pánico al rechazo, el saber que soy prescindible. Caminar acompañada nunca ha sido mi fuerte, mi única compañera siempre fue la soledad.
Y es que me asusta que al mirar vean más allá. Que descubran que tras la máscara se oculta una niña pequeña, frágil e insegura, alguien totalmente dependiente, incapaz de madurar. Una cría estúpida que se compara a todo lo que encuentra para salir siempre perdiendo. Y es que nunca fui la "prefe" de nadie, nunca nadie me acogió bajo su tutela. Fascinada por los rayos, aterrada por los truenos, sabe que la lluvia moja y aún así se vuelve a empapar. Aún anhelo una mano amiga que me levante al caer.

1 comentario:

  1. Si que fuiste la "prefe" de alguien aunque te negaras a admitirlo

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